Hola a todos!
Unos días antes de salir hacia París estuve en Nelybelula (Juan Florez, 86) y su propietaria, Nely, me recomendó que visitase una tienda en las proximidades de la Bastilla, llamada Merci. Y hoy solo puedo decir "merci Nely", porque me ha encantado!
Merci es un concept store ubicado en el 111 del Boulevard Beaumarchais, en el que podemos encontrar objetos de papelería, cosmética, mobiliario, menaje, moda, decoración... de un diseño exquisito.
Podemos acceder a Merci de dos modos diferentes, desde la cafetería que da a la calle (en la que te puedes tomar un café mientras ojeas alguno de los cientos de libros que tienen en sus estanterías) o a través de un patio interior en el que tienen aparcado un Fiat Cinquecento muy molón.
La decoración de este patio va cambiando a lo largo del año, customizando el coche de diferentes formas, por lo que dependiendo de cuándo vayáis os lo podéis encontrar de una forma u otra. Me gustan este tipo de iniciativas que consiguen hacerte sentir que estás visitando un lugar diferente en cada ocasión.
Ya en el interior nos encontramos un espacio a doble altura desde el que podemos intuir los diferentes ambientes en los que se organiza la tienda. Ahora solo queda animarse a recorrerla!
Otro de los detalles que me ha encanto es que, por lo que tengo entendido, Merci nace con fines solidarios, y con sus fondos financia una fundación de ayuda a los niños de Madagascar.
Hola a todos! Ya estoy de vuelta de mis pequeñas vacaciones cibernéticas!
En los próximos días os enseñaré sitos chulos de París que no os podéis perder en vuestras futuras visitas a la Ciudad de la Luz. Pero hoy os voy a hablar de un lugar fantástico en el que hemos comido este fin de semana.
Si hay una cosa que me gusta del otoño, a parte de sus juegos cromáticos, son las setas. Me gusta tanto ir a recogerlas, siempre con mucho cuidado, como cocinarlas a la vuelta de la recolección.
Si compartís esta pasión conmigo no podéis dejar de ir a comer a O Puxigo. Su nombre proviene de su puerta de acceso, un puxigo, puerta típica de las casas tradicionales dividida horizontalmente en dos hojas. Estas puertas permitían la ventilación del local y que entrase la luz al abrir la hoja superior, mientras que impedían que los animales escapasen al mantener cerrada la inferior.
Es una taberna de piedra, con mucho encanto, comimos al lado de la lareira, al calor de la lumbre. Es un negocio familiar donde todas las setas que preparan son recogidas por ellos mismos en los alrededores. Su dueño es un experto micólogo que disfruta explicando las características de cada variedad.
Nuestro menú estuvo compuesto únicamente por setas, desde el primer plato hasta el postre. Éramos 14 personas, lo que nos permitió probar todos los platos y variedades que tenían: nícalos, boletus edulis, bola de nieve, coprino... preparadas en vinagreta, en salsa, rebozadas, a la plancha, en revuelto, como croquetas, en empanada... y de postre tarta y flan (de setas, también).
Es un sitio especial en el que podréis probar variedades difíciles de encontrar en otros restaurantes. También he oído hablar muy bien de su tortilla y su cocido, por lo que habrá que repetir la visita para poder hablar con conocimiento de causa!
